Desde sus inicios, los mercados campesinos han tenido como objetivo el rescate de las prácticas agrícolas ancestrales, el aseguramiento de la alimentación sana y la promoción de prácticas de intercambio entre vecinos y comunidades, como, por ejemplo, el “pase en cadena”, que consiste en un intercambio de semillas para que las y los campesinos de las mismas comunidades o de áreas vecinas amplíen su banco de semillas y diversifiquen los cultivos. Con estas acciones se ha promovido también, indirectamente, la valoración de la tierra para que los comunitarios no la vendan a los ganaderos y palmicultores.
Cuando las y los campesinos empezaron a obtener excedentes de sus cosechas, los mercados solidarios y los intercambios de semillas se extendieron por muchos municipios de Petén y aún a varios departamentos de Guatemala, de modo que se fue logrando una motivación local de la práctica, en especial durante algunas fechas del año.