Elder Emilio García
El mes de noviembre se caracteriza en Guatemala por el aumento de la velocidad del viento, que permite tanto a los adultos como a los niños disfrutar de tardes frescas, propicias para volar barriletes. La tendencia de este mes es a que la lluvia desaparezca, dando lugar a la temporada fría que antecede al fin de año.
Sin embargo, el mes de noviembre de 2020 estuvo marcado por la presencia de dos fuertes huracanes, que ingresaron a nuestro país en forma de las tormentas tropicales IOTA y ETA, las cuales afectaron duramente el norte y oriente del país. Las fuertes lluvias provocaron que los ríos se desbordaran, que se destrozara la infraestructura vial, que muchas viviendas quedaran inundadas y varios poblados soterrados. Los reportes oficiales dan cuenta de más de cien mil personas afectadas, entre las cuales hubo estudiantes y voluntarios del IGER
Este panorama sombrío, que evidenció las falencias estructurales del país y puso de manifiesto el grado de vulnerabilidad al que están expuestos quienes se encuentran en condiciones de pobreza económica, despertó en Guatemala una tercera tormenta, pero fue una que trajo consigo esperanza y avivó la bondad de quienes se volcaron a ayudar a los afectados. Se trató de una tormenta solidaria provocada por muchas guatemaltecas y guatemaltecos que apelaron a la unión, a la empatía y al apoyo de aquellos que lo necesitaban.
La Asociación de Servicios Educativos y Culturales –ASEC– y el Instituto Guatemalteco de Educación Radiofónica –IGER– se unieron a la tormenta solidaria y se establecieron como centro de acopio. El trabajo articulado entre Radio Sónica 106.9 e IGER hizo posible la recaudación de muchos productos para aliviar el sufrimiento de las personas necesitadas. Se recibió el apoyo de particulares y de organizaciones sociales, que donaron, entre otras cosas, víveres, ropa, artículos de higiene personal y juguetes para ser distribuidos entre los afectados.